La ContraHistoria
La brujería es tan antigua como las sociedades humanas, pero fue en la Europa de la edad media y moderna donde se convirtió en todo un fenómeno social que justificó un sinnúmero de debates, legislación y persecuciones. Las brujas y su contraparte masculina, los brujos, eran personas que decían disponer de conocimientos y habilidades mágicas. Eso les permitía comunicarse con espíritus, interceder con almas en el más allá e interferir también en el mundo de los vivos mediante conjuros y pócimas cuyas recetas sólo ellos conocían. En la Europa cristiana eso constituía un camino directo hacia la herejía y la condenación. La mera existencia de la brujería suponía, por lo tanto, una gran amenaza para la grey cristiana y tenía que ser eliminada.
La brujería era practicada tanto por hombres como por mujeres, pero en el imaginario popular ha perdurado más la imagen de la bruja que la del brujo. A estos hechiceros sólo podía combatírseles con brujería inversa, es decir, con curanderos especializados en las artes oscuras o con sacerdotes que disponían de la formación adecuada para neutralizar la magia. Las autoridades no hilaban tan fino, si descubrían que alguien estaba practicando brujería le condenaban a muerte porque se pensaba que el maligno influjo de los brujos traería epidemias y hambrunas, lo que terminaría provocando problemas políticos.
Durante los siglos XVI y XVII, coincidiendo con la reforma protestante y las guerras de religión, en toda la Europa occidental se desató una gran caza de brujas que alcanzó su punto álgido durante la guerra de los treinta años en Alemania. En todo el continente hubo más de 110.000 procesos por brujería entre los siglos XV y XVIII, aproximadamente la mitad de éstos acabaron con una condena a muerte. Sólo entre 1560 y 1670 se ejecutaron a más de 40.000 brujas y brujos, la mayor parte de ellos en el Sacro Imperio Romano Germánico. Se acusaba a los hechiceros de haber llegado a acuerdos con el diablo y de negar a Jesucristo y los sacramentos. Eso bastaba para un proceso sumario que, por lo general, era apoyado con entusiasmo por las gentes sencillas, que veían en las brujas un gran peligro para su propia salvación y el preludio de problemas mucho mayores en la tierra.
Se persiguió y procesó a las brujas tanto en la Europa católica como en la protestante. En los lugares donde existía un tribunal de la inquisición ya establecido como España, Portugal o Italia se perseguía a las brujas acusándolas directamente de herejía y no de brujería. En los principados católicos de Alemania se las acusaba de brujería al igual que en Francia, en los principados protestantes alemanes, en los Países Bajos y en las islas británicas. Fue en Alemania donde se llevaron a cabo los juicios más numerosos como el de Tréveris de 1581, el de Fulda de 1603 y los de Wurzburgo y Bamberga de 1626.
A mediados del siglo XVII llegó la paz religiosa a Europa, la obsesión con las brujas empezó a amainar y las persecuciones fueron poco a poco despareciendo. Pero aún dio tiempo a que la caza de brujas saltase el océano Atlántico y se desatase una persecución en las colonias inglesas de Norteamérica, donde en 1692 se celebró el famoso juicio de las brujas de Salem, en Massachusetts, un juicio que se saldó con 19 condenas a muerte de 14 mujeres y cinco hombres acusados de brujería. Para entonces en Europa la caza de Brujas ya casi había concluido, pero aún se mantuvo de forma esporádica hasta las últimas ejecuciones a finales del siglo XVIII en Suiza y Polonia.
Los siglos de la brujería en Europa calaron muy hondo en la conciencia colectiva creando una serie de arquetipos que no tardaron en pasar a la literatura primero y luego al teatro y al cine. Los cuentos infantiles, especialmente los de los hermanos Grimm como Hansel y Gretel o Blancanieves, se llenaron de malvadas brujas que sembraban el terror entre los niños. Hoy son un personaje de ficción muy socorrido para la industria del cine y la televisión y el de bruja es uno de los disfraces más habituales en las fiestas de Halloween.
Pues bien, para hablar de brujas y de brujería nos visita hoy Lorena Carrasco, nuestra corresponsal en Inglaterra, que conoce muy a fondo el periodo dorado de la caza de brujas entre los siglos XVI y XVII.
Historia por fin, de Lorena Carrasco - https://www.historiaporfin.com/